Después de ocho años, el rugido del rey vuelve con todo al Teatro Telcel. A partir del 20 de marzo, los amantes del teatro y fanáticos de la película podrán disfrutar de esta increíble puesta en escena que reúne a más de 50 artistas en el escenario.

El elenco encabezado por Pier Louis que interpreta a Simba y Majo Domínguez en el papel de Nala, Nokulunga Madlala como Rafiki, Carlos Quezada que presta su talento a Scar y Pisano en una gran interpretación de Mufasa está acompañado por varios cantantes y bailarines que en conjunto logran crear una atmosfera verdaderamente mágica. Además, durante la función de prensa, Cultura Metropolitana tuvo la oportunidad de observar el trabajo de los niños Franco Vera y Montserrat Fuentes Cruz como los cachorros Simba y Nala.
La historia es bien conocida: un tío enojado porque al nacer su sobrino, éste lo quita de la línea sucesoria del trono, por lo que molesto a rabiar, decide urdir un plan que quite tanto al padre como al hijo de su camino y así, él pueda llegar a hacerse con la “corona” real.
Sin embargo, considero que el conocer la historia hace todavía más disfrutable la maravillosa obra, pues la historia en sí presenta ciertas dificultades que sin duda alguna fueron desafíos para los creadores de la adaptación, como lo son la trágica estampida o cuando el espíritu de Mufasa se comunica con Simba, no obstante, la manera en que lo resolvieron es impresionante.
Y es que cada uno de los detalles está pensado para envolver a los espectadores y llevarlos a lo más salvaje de la sabana: durante aproximadamente dos horas y media, el público se ve transportado a una tierra donde se encuentra rodeado de elefantes, hienas, antílopes y, por supuesto, leones.
Claro que también hay ciertas sorpresas dentro de la historia que son disfrutables tanto para un apasionado fan de la película, como para aquella persona que sólo va con curiosidad a verla, por ejemplo el velorio de Mufasa, y que enriquecen la experiencia.

El musical es un gran espectáculo que disfrutan chicos y grandes, donde una vez más nos conectamos en el gran ciclo vital.